lunes, 27 de febrero de 2012

Solo un 10%

"... Me hallan los que temprano me buscan" Proverbios 8:17.


Vi por Internet y en directo, una Santa Cena, realmente una de las ceremonias más emotivas e impactantes que me ha tocado ver. Los detalles, la música, las palabras, todo calzaba perfectamente para estar en una comunión estrecha con el Señor. Había sido pensado para causar una impresión que no se olvidara fácilmente.

Una Semana después, me toco a mí vivir una Santa Cena realmente extraordinaria. Era a la orilla de un lago hermosisimo, con más de 3000 participantes, en el contexto de un Congreso de Jóvenes. Fue una Santa Cena que llego al alma, hasta las lagrimas, que estrecho mi vinculo con Dios muy profundamente.


Fue allí donde acampé con un pastor amigo y otra persona. El pastor había participado de aquella Santa Cena que yo presencié vía internet. Al despertar después de la primera noche, el apremio de nuestras responsabilidades en dicho evento nos llevo instintivamente a levantarnos para las actividades del día. La otra persona salió de la carpa apenas despertamos. Sin embargo, con mi amigo pastor nos detuvimos un segundo para realizar la actividad más significante que tuve ese día. Busqué a Dios por medio de la oración y la Biblia.
Luego de terminar mi devoción y también la de mi amigo pastor, él comento lo siguiente:


"La actividad más impresionante, significativa y espiritual que podamos disfrutar en la iglesia, retiro espiritual, congreso, etc., sintiendo muy de cerca la presencia de Dios, NO ALCANZA NI A UN 10% de nuestro propio encuentro con Dios cada mañana".


No sé si habrá sido exagerada la comparación o no, pero es una de las verdades más practicas que he escuchado alguna vez.


Tu propia búsqueda de Dios en el despertar de un nuevo día, NO SE REMPLAZA CON NADA!!! ni con la ceremonia o predicación más sublime que hayas vivido. Dios contigo de manera personal, a través de la oración y el estudio de la Biblia cada día, es el más significativo y estrecho vinculo que puedes tener con Dios y que nada ni nadie te puede entregar.

La Santa Cena más espectacular que puedes vivir es buscar a Dios esta mañana personalmente. Te gustaría vivir esa experiencia hoy? Recuerda, sólo tu y Dios, quieres?

viernes, 3 de febrero de 2012

Sonidos de bebé

“Aún antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda” (Salmos 139:4).


Somos dos hermanos siendo yo el menor. Mi sobrina de 4 años habla con un lenguaje muy especial, en realidad único, solo ella se entiende y los demás tratamos de interpretar lo “interpretable”

Hace un par de días mi madre llamo a mi hermano y como toda buena abuela pidió hablar con su nieta, algo bastante simpático.

También tengo un amigo que siempre que llama su madre, le pasa a su hija para que “hablen por teléfono”. El hablar de estas dos nietas es muy similar, y la respuesta de estas dos abuelas también. Es algo como:

-          Abuela: ¿Como esta mi nieta linda?
-          Nieta: …
-          Abuela: ¿Se acuerda del perrito?
-          Nieta: …
-          Abuelita: Guau, guau.
-          Nieta: …
-          Abuelita: ¡Aló, aló! mi corazón. Guau, guau.
-          Nieta: grssspttttttt
-          Abuelita: Si!!! Guau, guau, como el perritooooooo.
-          Nieta: …
-          Abuelita: Si ya está aprendiendo a hablar.
-          Nieta: …

Eso que pasa con lo nietos, también ocurre con nosotros y Dios.

Dios como una abuelita nos habla con tanto cariño, y aunque nosotros suspiremos el suspiro mas endeble y ligero, Dios lo escucha y se alegra profundamente ¿sabes por qué? Porque de alguna manera u otra, existe comunicación. Y eso es precisamente lo que Dios anhela de cada uno de nosotros: QUE NOS COMUNIQUEMOS CON ÉL, AUNQUE SEA CON EL SUSPIRO INDELEBLE DE NUESTRA ALMA.

Dios es Dios, y Dios lo entiende.

No importa cuán insignificante sea tu hablar con Dios, déjame decirte que Dios lo escucha y lo responde. Porque antes que nosotros pidamos alguna cosa el Espíritu Santo ya sabe lo que está en nuestros corazones.

Te pregunto ¿no te da seguridad saber que este Dios de amor escucha tus oraciones, por más pequeñas que sean? Y más aún, Él se alegra con un suave suspiro tuyo, que a lo mejor, ni siquiera  tu comprendes, pero que él comprende simplemente porque te ama.

Eleva ahora una leve briza de tu voz a Dios, UN SUAVE SONIDO DE BEBÉ y espera en Él. Dios te responderá, ESO ES SEGURO.