lunes, 17 de octubre de 2011

‎"Dije: Tú eres mi esperanza, y mi porción en la tierra de los vivientes" (Salmo 142:5)

Tu vida necesita de Dios.

Cuando se reparte la torta de cumpleaños, siempre anhelo que sea la más grande y sabrosa para mi. También me pasa con las pizzas y los postres, y todo cuanto me gusta... siempre el pedazo más rico. Cuando es así, lo disfruto.

Y con Dios? El versículo dice: 'Tu eres mi esperanza, MI PORCIÓN' en este mundo lleno del mismo egoismo que me lleva siempre a querer el pedazo más sabroso.

Querer a Dios, anhelar a Dios, más que las cosas que queremos en esta vida, es otra cosa. Es el camino a una vida realizada, feliz y plena, aquí en este mundo y no tan solo en el venidero.

¿Quieres una buena porción de Dios en tu vida Hoy?

Dios es la porción más grande y sabrosa que jamás puedas probar, gustas?