sábado, 10 de diciembre de 2011

"Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría" (Eclesiastés 7:10).

Soy Capellán de un colegio básico o primaria, como lo quieras llamar. Dentro de todas las personas que trabajan aquí, hay un profesor que está a punto de jubilar. Él es muy simpático y a la verdad ni se le notan sus años. Ahora es periodo de notas finales y ya lo he notado varias veces con una especie de "calculadora-computador" (calculadora por su función, computador por lo grande que es) que pienso yo, tiene más de 30 años. Es muy tosca, es fea y esta sucia, pero lo que más me sorprende es que está amarrada con huinchas y pegamento por todos lados. Jamás a dejado de ocuparla y creo que no lo dejará de hacer hasta el día que jubile.

Nos cuesta tanto dejar el pasado, donde en realidad debería estar su sitial. Es tan difícil olvidar, las cosas buenas como las malas. Tantas veces vivimos del ayer que nos olvidamos del hoy y el mañana se transforma en algo infructuoso.

Hay un dicho: "Todo tiempo pasado fue mejor" y muchas veces es así, cuando al hoy pasamos problemas y angustias que inevitablemente nos hacen mirar hacia atrás, a aquellos momentos buenos de nuestra vida.

Puede ser un noviazgo hermoso que tuviste, un buen trabajo que perdiste, la salud que ya no es la misma, los hijos que ya no están en el hogar, aquella buena casa donde vivías, el periodo escolar o universitario que fue tan bueno, la iglesia donde asistías y 
eras tan feliz; y tantas cosas que nos hacen aferrarnos del pasado.


"Nunca digas: ¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría" dice el versículo de hoy. ¿Y por qué? Porque si vivimos de nuestros recuerdos no podemos ver claramente las bendiciones, las alegrías, las pruebas o dificultades, y todo lo que hoy experimentamos, para afrontar 
el presente con todas las fuerzas que Dios nos da,  y no malgastar nuestra vida anhelando "esos tiempos mejores". Esto es una verdadera perdida de tiempo o en palabras de Salomón, una incensates.


Deja tu pasado donde debe estar: EN EL AYER. Vive el hoy que Dios te regala, porque con el pasado no puedes hacer nada, absolutamente nada (que te quede claro, NADA!!!). Pero si puedes hacer TODO con el hoy que Dios te regala ;)

Dios te invita hoy, ayer no! HOY, a dejar todo tu pasado en sus manos. Te gustaría entregar todo tu ayer al Señor? Te invito a que lo hagas ahora.