viernes, 18 de noviembre de 2011

“Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:2)

Viajaba por la carretera 5 Sur en Chile, hacia la ciudad de Chillán. Paré en un servicentro a cargar bencina y a comer algo (no había almorzado). De pronto una gran camioneta blanca se detuvo junto al dispensador. El dueño de la camioneta (se noto inmediatamente que él era el propietario) se bajo, no para cargar bencina, sino para ver un rasmillón negro en su auto blanco, en la parte trasera de su vehículo. La camioneta era nueva, 0 kilometro, nuevecita de paquete, sin embargo, esa pequeña mancha cambiaba todas las cosas.

Tú y yo hemos sido lavados en la Sangre del Cordero, dándonos una nueva vestidura, blanca y resplandeciente. Hemos sido limpiados de toda contaminación y pecado en nuestras vidas por medio del sacrificio de Jesús en la cruz del calvario.

A través de Cristo somos nuevos, 0 kilómetros, nuevecitos de paquete. Eso es lo que hace Dios con nosotros, nos transforma, nos limpia de todo pecado, nos libra de toda condenación.

Pero, ¿has caído? ¿Tienes hoy en tu vida un pequeño rasmillón en las vestiduras blancas y resplandecientes que te ha regalado el Cordero de Dios? ¡Ya no eres el mismo de antes!

O más. ¿Será que tu vida está destrozada por el pecado? No es solo una pequeña mancha, sino que el mal a CHOCADO VIOLENTAMENTE EN TU VIDA, HACIENDOTE AÑICOS Y DEJANDOTE SIN ESPERANZAS.

El verso de hoy es una promesa para ti: “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:2)

Jesús es suficiente para limpiar esa pequeña mancha o cambiar esa vida destrozada que tienes por causa del pecado.

El pecado, siempre, siempre hace daño. Puedes justificarlo de mil formas, pero siempre habrá consecuencias tristes para ti y para los que te rodean.

Hoy vé a Dios, hay esperanzas. Pide perdón por tus faltas y confía que Él puede transformar hasta la vida más destrozada y degradante que pueda existir. Jesús es suficiente para perdonar todo pecado en ti, ¿lo crees? Yo sí! ;)