viernes, 11 de noviembre de 2011

“Puesto los ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe…" (Hebreos 12:2)

El otro día iba de copiloto (muy pocas veces me pasa) preocupado de la radio, del celular, viendo el paisaje, los detalles, los letreros, peatones,  luces, autos y tantas cosas más que no puedo ver cuando conduzco. De pronto al mi lado, se detuvo un auto con un gran letrero que decía “en práctica”. El hombre que conducía, era “uno con el volante”. Estaba aferrado tanto al manubrio, que pienso que nadie lo podría separar.  Le mire todo el rato. Lo analice. Sus ojos puestos adelante, sus facciones que decían que no existía otra cosa en el mundo que él y su camino. Su actitud era total con relación a su objetivo.

Yo sé que Dios es lo principal en nuestras vidas, sin embargo, cuan pronto ese objetivo se pierde con lindos letreros en el camino, con llamadas del celular, con autos que se atraviesan, con peatones que no respetan las señalizaciones del tránsito y tantas cosas más que hacen que nuestro objetivo, peligrosamente ya no sea conducir, sino que distraernos como sentados en el asiento del copiloto.

En el auto de tu vida, estás en el volante o conduciendo como en el asiento equivocado? Estás concentrado en el objetivo más grande de la vida, que es Jesús, o en las cosas de este mundo que te alejan de Dios?

Que nadie, ni nadie saque tus ojos de Jesucristo. Siempre existirán cosas y personas que van a querer sacar  tu fe puesta en Jesús, te pasa? A mi sí. Sin embargo, Dios me llama, y a ti, a jamás sacar la mirada de Jesús, el verdadero camino que te lleva a la vida eterna. Quieres distraerte? Pienso que no vale la pena ;)