jueves, 27 de octubre de 2011

"Dios no se complace en la agilidad del hombre... se complace en los que esperan en sus misericordias" (Salmo 147:10 y 11)

Sí o sí, tu y yo tenemos habilidades. Claro, algunos tienen una autoestima muy baja y por más que se le digan cualidades positivas, no encuentran nada bueno en ellos mismos, solo piensan en el hecho de que son buenos... para nada.


Existe el otro extremo, gente que cree que es capaz de realizar cualquier cosa y además lo andan divulgando como si no nos diéramos cuanta de sus "sobresalientes habilidades". Gente "sobrada" de lo que hace, de lo que es capaz. Para la mayoría de nosotros, son una verdadera "pata en la guata" cuando nos encontramos con este tipo de personas.


Dios se complace en darnos habilidades especiales, para que cada uno de nosotros seamos únicos y singulares. No existe nadie igual a ti, con tu personalidad, tus cualidades, esa visión para ver las cosas, etc. Tu eres bien dotado, por lo menos en algún aspecto. Aunque te des mucha cuenta de ello o no, allí están, regaladas por Dios.


Ahora me vas a disculpar, pero todo lo que has leído hasta ahora ¡NO SIRVE PARA NADA! Bueno, no es que no sirva, sólo que el versículo de hoy nos declara enfáticamente que de tus habilidades y de las mías, Dios no se complace.


Dios se complace en otras cosas. Se alegra, viene verdadera satisfacción a su corazón, cuando tu y yo esperamos en sus misericordias.


Esto quiere decir no colocar nuestras aspiraciones y sueños en nuestras capacidades, sino mas bien, en las capacidades de Dios. 


Es su misericordia la que da sentido a la existencia, muy por contrario de lo que piensa este mundo.


Un hombre o mujer con muchas cualidades, sobresale y es exitoso. En el ámbito divino, un hombre o una mujer que espera en Dios tiene éxito y plenitud de vida.


En que te apoyas en tu vida, en Dios o en tus cualidades? En Jehová o en tu "grandiosa" forma de hacer las cosas?


Todo, todo tu corazón espere en Dios y no más en ti, ya? Es la verdadera garantía al éxito.