martes, 18 de octubre de 2011

"Oh Jehová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, o el hijo del hombre, para que lo estimes? " (Salmo 144:3)

Te has colocado a pensar alguna vez que realmente no somos nada?


Piensa un segundo en las grandes constelaciones, son infinitas, es tan grande que simplemente no se puede medir con certeza. El planeta en el que vives es un granito de arena en el gran desierto de este universo.


Y ahora ¿Qué somos tu y yo?


A la inversa ahora. Piensa en una homiguita. Las ves y son tantas; pequeñas, insignificantes. Si pasas a aplastar alguna, no te vas a sentir mal con tu conciencia ¡Es una hormiga! no es nada. Si anduvieras preocupado de ellas, seria de locos. Literalmente no podrías caminar ni hacer nada, porque por alguna acción tuya, en algún momento, matarías a alguna.


Ahora Dios y tu. Dios es más grande que este universo y nosotros más pequeños que unas hormigas. Por qué Dios debería pensar en ti, o aún más , estimarte, quererte, amarte?


Sabes, Dios si lo hace ;)


Te invito hoy a valorar lo que Dios hace contigo. Amarte, Él siendo tan grande y tu siendo tan pequeño. Eres su especial tesoro, eres de gran estima a sus ojos.


Hoy , en este momento, el Dios de todo este universo piensa en ti. No lo consideras maravilloso?