sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz año nuevo, NUEVO DE VERDAD!!!

"... Y Dios Restaura el Pasado" (Eclesiastés 3:15).

Estaban viniendo a unas conferencias de familia. Viviana, auxiliar de 2º Básico del colegio donde soy Capellán,  junto con su hijo Raulito de 4 años. Viviana nos estaba ayudando en la recepción, porque ella es una mujer muy alegre y además muy simpática. Raulito como cualquier niño de 4 años, muy inquieto, despierto y lleno de vida. Sin embargo, hace exactamente un mes, el  01 de Diciembre de 2011, todo cambio. Una mujer en un city car iba a exceso de velocidad en un camino urbano. Raulito se asomo hacia la carretera, la mujer no alcanzo a frenar y Raulito fue expulsado 16 metros por el aire. Fue una verdadera pesadilla. Esa misma noche pude estar con Viviana y su papá Raul en Urgencias del Hospital de la ciudad de los Ángeles. El papá sin mucha fe, estaba empecinado en perseguir a la mujer del vehículo. Viviana estaba sentada en la sala de espera de Urgencias y pudimos leer la biblia y orar con ella. Raulito lo estaban interviniendo en la UTI y con peligro de muerte.

Luego esa noche pudimos conversar con el Doctor tratante (coincidéntemente un Doctor Cristiano-Adventista) que opero a Raulito. Allí en medio de urgencias (atestado de gente) encontramos un lugar y oramos con Viviana, otra colega del colegio y el Doctor por la vida de Raulito. El Doctor nos dijo que tenían que hacerle una resonancia magnética. Se gestiono para la mañana siguiente.  El resultado de ella fue que Raulito quedaría inválido para el resto de su vida, sin siquiera poder hacer sus propias necesidades.

Al otro día, pudimos acompañarle junto al Pr. Daniel Martínez, Pastor del distrito. Ya Raulito estaba en la UTI infantil. Nos encontramos con Viviana y su esposo recibiendo noticias del estado de Raulito. Cuando salió de la sala de urgencias, Viviana venia destrozada. Le daban la noticia que Raulito estaba en riesgo vital, recién había tenido un paro cardiaco y estaba con un coagulo en el cerebro, que en cualquier momento le quitaba la vida. Ese momento lo recuerdo como su fuese hoy. Todos en silencio en la sala de espera de aquel hospital y Viviana clamando por la vida de su hijo. Yo trataba de encontrar palabras para decirle, sin embargo, no venia nada coherente a mi mente. En ese instante de desesperación y tragedia, el Pastor simplemente abrió la Biblia, leyo uno cuantos textos y todo, todo cambio. Dios hizo notar su presencia en ese instante. Con el Pastor habíamos ido a comprar aceite y algodón para ungirle, como lo señala el libro de Santiago el capítulo 5. Los doctores no querían que nadie se acercara al niño, pero Dios abrió las puertas para que junto con Viviana pudiésemos entrar y arrodillarnos junto al pequeño cuerpecito, conectado con maquinas por todas partes. Oramos y el Pastor le ungió con aceite en un acto muy sencillo pero profundo. Esa misma tarde comenzó la restauración.

Raulito al día de hoy reclama cuando su mamá se tiene que ir del hospital. Para navidad pidió más regalos de los que recibió. Habla, se ríe, come. El coagulo desapareció el mismo día que le ungimos. De la nada comenzó a hacer sus propias necesidades y sus piernas que no puede moverlas, hace unos días las movió involuntariamente y además tiene sensibilidad en ellas. La próxima semana (2012) lo están llevando a Santiago para seguir una rehabilitación.

Yo no sé qué pasará de aquí a más. Pero si sé que Dios ha obrado de manera maravillosa. Los doctores dicen que el pequeño Raulito es un milagro y yo pienso lo mismo.

Está terminando un año y comenzando otro. A lo mejor, al igual que Viviana a sido el peor de tu vida. Como sea, DIOS ES CAPAZ DE RESTAURAR TU PASADO, por mas cruento, terrible o triste que haya sido. Si lo ha hecho con Viviana, con su esposo Raúl (que ahora se ha transformado en un hombre lleno de fe) y con Raulito, quien Dios salvo de la muerte y sigue restaurando día a día, estoy completamente seguro que Él puede restaurar cualquier cosa en ti.

Dios está hoy para RESTAURAR cada cosa, cada situación, cada mal entendido, cada error, cada sinsabor, cada decepción, cada angustia y desesperación que tienes hoy en tu corazón, porque Dios es un Dios que restaura. 

¿Quieres que Dios restaure todo tu 2011, para darte un 2012 nuevo, nuevo de verdad? Dios lo quiere hacer, permíteselo como Viviana lo permitió el la vida de Raulito.